
Policía se escribe con H
- publicado por Juan González Moreno
- Categorías Blog, Policial
- Fecha julio 1, 2020
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Policía se escribe con H
Por: Juan González Moreno
No, no estoy loco, sin ser un experto de la lengua española se perfectamente cómo se escribe policía. Tampoco es un intento de captar tu atención sin ningún sentido, si decides continuar leyendo este texto hasta el final comprenderás que la “H” tiene un papel fundamental en la policía moderna y en el policía actual.
Te propongo un ejercicio muy sencillo. Atribuye una imagen que se asocie a la palabra policía, sin pararte a pensar, aquella imagen tu cerebro muestra a tu imaginación. Tranquil@ no es un examen, sea cual sea esa imagen será la correcta. Todo es cuestión de percepción. La imagen imaginada por la mayoría de personas suele ser la de un policía uniformado deteniendo a un ladrón o incluso la de un agente de orden público disolviendo una manifestación. No es casualidad, existen factores externos que han conseguido estereotipar la imagen de la policía y de paso, también la de la función policial.

Pese a que la inmensa mayoría de las intervenciones de la Policía se deben a demandas asistenciales y requerimientos en los que la Policía realiza una función mediadora en algún conflicto, la imagen que retiene nuestro cerebro siempre tiende a ser la más impactante.
“Hace más ruido un árbol al caer que un bosque entero de árboles creciendo”.
Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga
No te sientas mal por ello. Atribuir a la Policía funciones coercitivas no es un error, de hecho, la Policía, en casos muy concretos debe emplear este tipo de medidas para conseguir una mejor convivencia de la mayoría.
Esta percepción errónea de la principal función de la Policía empieza a perjudicarnos como colectivo así como individualmente cuando algunos policías interiorizamos esta premisa y adaptamos nuestro comportamiento inconsciente a vivencias subjetivas relacionadas con situaciones de riesgo inminente y constante tales como la detención de una persona violenta o conflictos de naturaleza hostil, cuando en realidad nuestra vida no siempre está en situación de peligro real e inminente.
Este ejercicio de imaginación relacionado con la imagen no tendría un resultado distinto si se lo propusiéramos a cualquier persona ajena al entorno policial.
Tengamos en cuenta que además de la información seleccionada que reciben a través de los medios de comunicación (asociadas mayoritariamente a contextos hostiles), se contrastan a través de la conducta no verbal proyectada por algunos policías.
Algunas veces una conducta se asocia a contextos de hostilidad cuando el contexto real en cuestión no lo es

No somos conscientes de la información que proyecta nuestro cuerpo.
Además, es una información que refleja lo que en realidad sentimos algunas veces y se lo estamos trasladando a los demás.
En esas ocasiones transmitimos a los ciudadanos de forma no verbal este mensaje: “No te acerques a mí, eres una amenaza”. Ese es sin duda un mensaje muy potente que coincide con la información que el ciudadano ve en las noticias y que potencia el distanciamiento entre la Policía y los ciudadanos.
De la misma manera que es un tremendo error pensar que la mayoría de los policías evitan (consciente o inconscientemente) que un ciudadano se les acerque, también lo es pensar que la gran mayoría de ciudadanos suponen un riesgo para los policías.
Son dos puntos de vista tan acertados como erróneos dependiendo de la percepción de la persona en cuestión. Romper esas barreras es posible, necesario y además es un trabajo en equipo ya que todos somos protagonistas en este escenario de ficción llamado ‘la vida’.
¿Imaginas romper esas barreras y además eliminarlas de verdad?

Puede parecer ciencia ficción en una sociedad poco evolucionada pero no lo es si lo hacemos desde una percepción de la Policía y de la sociedad basada en el concepto de unidad como eje vertebrador en nuestra forma de vida personal y profesional.
¿Conoces el “efecto dominó”?

Pues se trata básicamente de hacer por los demás de forma desinteresada todo aquello que deseas para ti: ayudar, respetar, perdonar, no juzgar, etc… Leer estas líneas puede resultar incluso ofensivo para algún lector dado que estoy exponiendo conductas obvias que todos conocemos. Si es así, te felicito, eso significaría que tu comportamiento normal que está basado en el bien colectivo y que la mayoría de conductas que menciono son más que obvias para ti. Además, me consideraré afortunado de compartir contigo algo que, aunque parece evidente, a efectos prácticos no todos los policías llevamos a cabo olvidándolas algunas veces.
Podría resumir todo lo anterior (aunque llegados a este punto a algunos les puedan rechinar las siguientes palabras), con una única premisa: Que nuestra forma de interactuar con el resto de personas sea desde el Amor. Recuerda el efecto dominó: si das amor recibirás amor, de una forma u otra, es posible que no lo recibas en ese mismo instante y te llegue en el momento y de la forma más inesperada, pero ten por seguro que te llegará. Así, cuanto más pongas en práctica esta forma de relacionarnos unos con otros, más fácil será que lo recibas y mejor será la convivencia entre las personas de tu alrededor.
A estas alturas ya tienes que estar muy sorprendido; Policías que se comportan “con amor”. Tal vez suena raro a priori y quizá puedas pensar que he perdido el norte, (o no). En cualquier caso, recuerda que estará bien, pues es tu percepción.
El comportamiento autoritario y contundente con que dota Hollywood a la palabra Policía le confiere un significado antagónico e incompatible con palabras como: amor, tolerancia, empatía, etc. Eso no significa que lo que vemos en pantalla sea completamente irreal en contenido, pero sí que lo es en continente.
¿Has visto alguna vez a un niño jugar a que es policía?
Probablemente al intentar responder a esta pregunta tu imaginación te ha mostrado a un niño corriendo detrás de otro con la pistola empuñada en una mano y las esposas en la otra. Para los niños (y los no tan niños) la función de la Policía es ésa.

Cuesta imaginar (aún) este mismo juego en el que el niñ@ asume el rol del policía y su juego consiste en ayudar a las personas que lo necesitan haciendo todo lo que está en su mano por facilitar la vida a toda persona que requiera su ayuda.
Para concebir una Policía que se aleje de la ficción y se acerque a la realidad y a las necesidades de la sociedad, tenemos que recurrir a la “H” a la que hace alusión el título de este texto. Necesitamos policías “Súper Hombres y Mujeres”. Si, has leído bien, el perfil de un policía requiere de cualidades específicas que
la conviertan en un ejemplo a seguir en su forma de comportarse tanto dentro como fuera de su jornada laboral. Esta es la única forma a través de la cual el resto de personas le atribuirán la autoridad para poder ayudar a los ciudadanos que así lo requieran y corregir aquellas conductas que perjudiquen a la mayoría. Con “Súper hombres y mujeres policía”, la imagen de una persona uniformada supondrá para el ciudadano la visión de una persona confiable que está en disposición de ayudar.
Para ser un “Súper Hombre o Mujer policía” sería aconsejable estar en un estado de forma óptimo, pues algunos de los requerimientos demandados por los ciudadanos suponen un peligro para los mismos y para el policía, siendo la condición física elemento imprescindible para intervenir de forma contundente y resolutiva cuando sea necesario.
Para ser un “Súper Hombre o Mujer policía” es necesario tener los conocimientos necesarios sobre la Ley y normas de convivencia para poder asesorar a los ciudadanos y reconducir (si las circunstancias así lo requieren), conductas que perjudiquen la convivencia.
Para ser un “Súper Hombre o Mujer policía” se requieren habilidades sociales y comunicativas con las que transmitir mensajes claros y efectivos a los ciudadanos evitando malas interpretaciones y barreras innecesarias.
Cuando la mayoría de miembros de un colectivo cumplen con estos requisitos, se crea una conexión invisible con el resto de personas que armonizan la paz
social y generan la segunda “H”, que está relacionada con el “Honor“ de pertenecer a un colectivo de “Súper Hombres y Mujeres” policías.
Teniendo en cuenta que muchos de nosotros no cumplimos “al dedillo” con todas las cualidades con las que he definido un buen policía, no significa que no lo seamos, lo único que se requiere es poner a disposición de los demás nuestras cualidades personales y profesionales alejándonos de la búsqueda del beneficio personal y acercándonos al crecimiento colectivo. El resultado sólo puede ser uno. La excelencia profesional. Pero el colectivo no se hace grande por la individualidad de cada uno de sus miembros si no por la unión de las capacidades de todos.
Por poner algunos ejemplos: hay policías que prefieren estar en la sala de transmisiones en vez de patrullando en el exterior y son excelentes “gestores de recursos”. Hay otros/as que son muy buenos a nivel operativo y se mueven como pez en el agua en situaciones de estrés elevado. Otros compañeros que tienen una capacidad impresionante en situaciones que requieren predisponer a las partes para conciliaciones a través de la mediación. Algunos otros que son excelentes ante la burocracia administrativa. También quienes disfrutan y se potencian relacionándose con los ciudadanos, atendiendo sus dudas y recogiendo sus sugerencias.
Y así el listado podría hacerse casi interminable pues cada persona en este mundo (independientemente de que sea policía o no) está dotada con una serie de “dones y talentos” gracias a los cuales, si son estratégicamente gestionados permitiendo que la unión de las cualidades de todos estén a disposición de ayudar a los demás, el resultado de sus intervenciones sólo puede ser excelente.
La unidad cuando trabaja en conjunto y buscando un mismo objetivo, se engrandece.
Al hilo de lo mencionado y ya para finalizar este texto, creo que, llegados a este punto ya habréis deducido que la última “H” a la que me quiero referir es un recurso básico e imprescindible, pues sin él es imposible el desarrollo de
todos los demás: la “Humanidad” en todo lo que hacemos, ya que el Amor por el ser humano es fundamental para establecer el concepto de “unidad” en nuestra forma de proceder eliminando barreras que nos separen y fomentando la convivencia entre iguales.
Todos los conceptos expuestos en estas líneas pueden parecer la utopía de una sociedad idílica e inalcanzable, pero la construcción de esta realidad empieza por el autoconocimiento y la autoconcienciación de cada uno de nosotros .
Espero tu granito de arena y que formes parte de la nueva y actual Policía donde la “H” ocupa un papel fundamental.
Imagenes:
1.https://pixabay.com/es/polic%C3%ADa-detener-detenci%C3%B3n-esposas-2122376/ 2. 2.https://pixabay.com/es/polic%C3%ADa-de-seguridad-hombre-oficial-159894/
3. https://pixabay.com/es/serie-efecto-domin%C3%B3-piedras-jugar-1694404/
4. https://pixabay.com/es/portal-cierre-barrera-entrada-745832/
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Experto en comunicación no verbal y análisis de la conducta humana.
Perito Judicial comportamiento no verbal.
Autor de los libros "Comunicación no verbal policial" y "Gestión emocional y análisis de conductas violentas"
Formador internacional para academias y universidades de prestigio en materia de comunicación y análisis de conducta a profesionales de todos los sectores, siendo especialista en el área de la seguridad pública y privada.
Profesional de la seguridad pública desde el año 2007, donde tiene la oportunidad de desarrollar y poner en práctica nuevos procedimientos de trabajos relacionados con la comunicación y la gestión emocional de los policías y ciudadanos.
Estudioso de diferentes disciplinas relacionadas con la conducta como son: Neurociencias, programación neurolingüística, inteligencia emocional, coaching, etc.
Formador para Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen
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